Lo que dijeron los medios

Los medios de comunicación muestran las falencias y virtudes de los poderes de turno pero siguen sin poder solucionar los verdaderos problemas que tiene la sociedad. En nuestro caso, el Arroyo El Gato, que costea 35 kilómetros de diferentes zonas los municipios de La Plata y Ensenada, es tema frecuente en diferentes informes gráficos y audiovisuales .y de la región, pero aún así, se sigue sin poder resolver el tema principal que lo aqueja: la contaminación que existe dentro de él. 

Los vecinos del lugar, a pesar de realizar diferentes asambleas, no pueden sanear las aguas y se encuentran solos en una lucha que ya lleva varios años. Esto genera que las aguas del arroyo sean una de los más contaminadas de la Provincia de Buenos Aires y, aunque ya pasaron varios gobiernos municipales, las obras de desinfección fueron pocas comparada con la gravedad que reviste el problema.

Por ejemplo, el diario de mayor tirada de la Ciudad de La Plata, “El Día”, publica esporádicamente diferentes notas sobre la problemática pero sin mostrar a los verdaderos responsables. El 19 de julio del año pasado informó, con una nota titulada “Tiran 10 toneladas de basura por mes al arroyo El Gato”, de la gran cantidad de desechos que se junta en las barreras flotantes que hay en diferentes tramos del afluente. Los mismos se acumulan diariamente, conjuntamente con los desechos químicos que las diferentes fábricas tiran al agua de forma clandestina, provocando una importante degradación y un gran daño ecológico al ecosistema del lugar.

Está claro que hay un seguimiento por parte de la prensa, lo que no es un dato menor, pero eso no alcanza. Lo que pedimos desde estas humildes líneas es que se hagan acciones que contribuyan al respecto, porque lo que está en juego es la vida de casi 400 mil personas que viven en las costas del arroyo. Más que seguir escribiendo hay que pasar al plano de los hechos, comenzar a hacer; sanear y no “sanatear”; es decir, evitar que el Arroyo El Gato se convierta en el nuevo Riachuelo del siglo XXI.